Sinónimos de llorar

No nos sirven las palabras.... gemir es mejor.... ¿O no?

Querrá sepultar la cara entre sus manos y llorar y gemir rogando una piedad que sabe que no existe

Vacía tu mente, se amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza se convierte en la taza. Si pones agua en una botella se convierte en la botella. Si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede golpear. Sé agua amigo mío

¿Cómo se puede ser propietario del agua en realidad? Siempre fluyendo en el fluir, nunca es la misma, que en el fluir de la vida rastreamos. Porque la vida es un fluir.

Admirar un cuadro antiguo equivale a verter nuestra sensibilidad en una urna funeraria, en lugar de proyectarla lejos, en violentos gestos de creación y de acción.

Las palabras no tienen absolutamente ninguna posiblidad de expresar nada. En cuanto empezamos a verter nuestros pensamientos en palabras y frases todo se va al traste

De lo que no se trata es de partir del doble supuesto de que la libertad es, a la vez excelente y posible, lamentar su falta en algunos países y desear que exista por igual en todos.

Quien se deleita en defraudar al prójimo, no se ha de lamentar si otro le engaña.

Porque no mucho saber harta y satisface al ánima, mas el sentir y gustar de las cosas internamente

Conocemos por medio de nuestras facultades, y nuestras facultades están de tan intimo modo ligadas entre si, que lo que es conocer para las unas es sentir para las otras y querer para las restantes; a veces la voluntad es sentimiento y conocimiento, y frecuentemente el sentimiento suple o completa a la facultad que conoce y a la que realiza.

Hay más nobleza de alma en gozar de la alegría de los demás que en afligirse por sus desgracias.

Es un error afligirse sin cesar

quejarse de que la economía libre favorece a los ricos es como quejarse de que la libertad de expresión favorece a los elocuentes.

Informar, al igual que quejarse sin proponer, no es sólo necio sino inútil.

De nada le sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive, pero siempre le es posible mejorarlos.

El hombre que se lanza a la contienda pública y osadamente se expone a la luz meridiana en calles y plazas, no debe lamentarse ni protestar al verse examinado con microscopio y descrito en sus más minuciosos rasgos intelectuales, morales y físicos: sube al escenario, y todos adquieren derecho de aplaudirle o silbarle.

Me satisface la derrota, porque ha ocurrido, porque está innumerablemente unida a todos los hechos que son, que fueron, que serán, porque censurar o deplorar un solo hecho real, es blasfemar del universo.