En esta era de la información, conocer los sinónimos de limbo está al alcance de cualquiera, y es algo esencial para saber usar el lenguaje correctamente. Expandir nuestro vocabulario aprendiendo nuevos sinónimos de limbo es una buena forma de mejorar nuestro uso del lenguaje. En este artículo, exploraremos los sinónimos de la palabra "limbo" y cómo podemos usarlos para mejorar nuestro lenguaje y nuestra escritura.
Detrás de una fachada de satisfacción y optimismo, el hombre moderno es profundamente infeliz; en verdad está al borde de la desesperación
El país transita por una de las etapas más difíciles de su historia. Colocado al borde de la disgregación, la intervención de las Fuerzas Armadas ha constituido la única alternativa posible, frente al deterioro provocado por el desgobierno, la corrupción y la complacencia
El último día del tiempo no es el último día de todo. Queda siempre una franja de vida donde se sientan dos hombres.
Es indispensable crecer hacia el sur, hacia el mar y hacia el frío, porque el sur, el mar y el frío fueron la señales de la franja que abandonamos, los segmentos del perfil inconcluso que subsiste en la Argentina
No nos es tan querido lo duradero, inmóvil: piedra preciosa con un fuego frío, pesada barra de oro refulgente; y las mismas estrellas extrañas, alejadas, no parecen iguales a nosotros, seres transitorios, pues la hondura del alma no la alcanzan.
Sus dedos exploraron felices toda mi espalda con delicadeza, suavemente, y poco a poco convirtieron mi piel en una barra libre de sensaciones deliciosas. Estaba conmovida. Hundí la cara en la almohada para ocultar mi éxtasis y mis lágrimas.
Una gota de miel caza más moscas que un galón de hiel.
Tirá, tirá para arriba! tirá! Si no ves la salida, no importa mi amor, no importa: vos, tirá.
El payaso interior. Es el espíritu algo tan delicado que hasta la más sencilla sensación lo modifica. ¿Habéis visto esos muñecos que hacen cabriolas cuando se les tira de una cuerda? Pues idéntico es el espíritu. La sensación más sencilla lo modifica grandemente. ¡A sus cabriolas las llamo yo visiones espirituales!
Para saborear todo cuanto ofrece de delicioso un paseo por la orilla del arroyo, es preciso que el derecho de la pereza haya sido vencido con el trabajo y que el espíritu cansado tenga necesidad de adquirir nuevo aliento contemplando la naturaleza.
Solo el hombre prosaico se aferra todavía a la oscura y ponzoñosa superstición de que el mundo se acaba en la colina más cercana, su universo llega hasta la orilla del río, su humanidad queda encerrada en el estrecho círculo de aquellos que comparten su ciudad, sus puntos de vista o el color de su piel.
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.
Apoyó la mejilla contra el borde de la bañera y sintió cómo el frío le mordía la piel. Era tan hermosa. Allí, flotando en la superficie del hielo. Los lazos que los unían aún seguían vivos. Nada había cambiado. Nada era diferente. Dos de la misma naturaleza.
Donde el silencio ya no dice nada porque nadie lo oye; a esta hora que no es la noche aún sino en los vacuos rincones en que ardieron nuestros ojos; donde la rosa no es ya sino el nombre sin rosa de la rosa y nuestros dedos no saben ya el contorno de las frutas ni los labios la pulpa de los labios.
Todo lo que pudo visualizar fueron visiones fugaces de rasgos sin relación entre sí: el contorno suave de sus pómulos en el sol, la ambarina oscuridad de sus ojos vivos, sus labios en forma de sonrisa amistosa que siempre estaban prontos a cambiarse en un beso ardiente.
Cual si la Tierra fuera un cráter, vomitó del fondo de sus entrañas un ingente chorro de fuego. El suelo se elevó y fueron muy contados los espectadores que pudieron entrever, por un instante, el gigantesco proyectil, hendiendo victorioso los aires, en medio de una aureola de flamígeros vapores.
El gobernante es, por lo común -salvo aquellos excepcionalísimos que aparecen nimbados por la aureola de la historia y que son en número muy reducido-, un hombre débil, entregado al oleaje de las pasiones populares, y muchas veces sin fortaleza para empuñar firmemente la caña del timón y conducir la nave al puerto de salvación.
Los sistemas vivientes explicó Arnold no son como los mecánicos: los vivientes nunca están en equilibrio; son intrínsecamente inestables; pueden parecer estables, pero no lo son. Todo se mueve y cambia. En cierto sentido, todo está al borde del colapso.
Una esperanza un huerto un páramo una migaja entre dos hambres el amor es campo minado un jubileo de la sangrecáliz y musgo, cruz y sésamo pobre bisagra entre voraces el amor es un sueño abierto un centro con pocas filiales un todo al borde de la nada fogata que será ceniza
Una esperanza un huerto un páramo una migaja entre dos hambres el amor es campo minado un jubileo de la sangrecáliz y musgo, cruz y sésamo pobre bisagra entre voraces el amor es un sueño abierto un centro con pocas filiales un todo al borde de la nada fogata que será ceniza
Ayer estábamos al borde del abismo, hoy hemos dado un paso hacia adelante
Es indispensable crecer hacia el sur, hacia el mar y hacia el frío, porque el sur, el mar y el frío fueron la señales de la franja que abandonamos, los segmentos del perfil inconcluso que subsiste en la Argentina
Natasha se acerca a la ventana y la abre desde el patio para que entre más aire en mi habitación. Puedo ver la brillante franja de césped verde que se extiende tras el muro, arriba el cielo claro y azul y el sol que brilla en todas partes. La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente.
A mí no me tumba nadie. Derrotar a Chávez es como tragarse un crisol de aluminio o una barra candente de acero. Ni muerto me sacan de Miraflores
No nos es tan querido lo duradero, inmóvil: piedra preciosa con un fuego frío, pesada barra de oro refulgente; y las mismas estrellas extrañas, alejadas, no parecen iguales a nosotros, seres transitorios, pues la hondura del alma no la alcanzan.
Se abalanza sobre mí y me empuja contra la pared del ascensor. Antes de que me dé cuenta, me sujeta las dos muñecas con una mano, me las levanta por encima de la cabeza y me inmoviliza contra la pared con las caderas. Madre mía. Con la otra mano me agarra del pelo, tira hacia abajo para levantarme la cara y pega sus labios a los míos.
Volar, volar, volar, como es Alberto volar al más allá... tira, la soga de tu cuello tira, la soga de mi cuello tira y esto es verdad; y eran los tiempos de la primavera, dejaste tu sonrisa en ella y esto es verdad y la vida como viene va, no hay merienda si no hay capitán.
Los puertos de las desoladas villas marineras del oeste de Irlanda estaban llenos de naves de todos los tamaños, desde el buque de guerra hasta la pequeña barca de pescadores, que, varada sin tripulación, se pudría a la orilla del mar.
No consigo recordar cómo pude llegar de la orilla hasta mar adentro... ¡Ah, sí, ya lo recuerdo! He muerto en el naufragio de tu barco de guerra traicionero y resucité al tercer día en el psiquiátrico, absurdo invento...
El río Ankh es, probablemente, el único río del universo en el que los investigadores pueden dibujar con tiza el contorno de un cadáver.
Todo lo que pudo visualizar fueron visiones fugaces de rasgos sin relación entre sí: el contorno suave de sus pómulos en el sol, la ambarina oscuridad de sus ojos vivos, sus labios en forma de sonrisa amistosa que siempre estaban prontos a cambiarse en un beso ardiente.
Es posible llegar a destruir un orden y establecer otro, con la consiguiente aureola revolucionaria, en nombre de una tendencia conservadora.
Cual si la Tierra fuera un cráter, vomitó del fondo de sus entrañas un ingente chorro de fuego. El suelo se elevó y fueron muy contados los espectadores que pudieron entrever, por un instante, el gigantesco proyectil, hendiendo victorioso los aires, en medio de una aureola de flamígeros vapores.
Los sistemas vivientes explicó Arnold no son como los mecánicos: los vivientes nunca están en equilibrio; son intrínsecamente inestables; pueden parecer estables, pero no lo son. Todo se mueve y cambia. En cierto sentido, todo está al borde del colapso.
No ha habido ninguna generación anterior de hombres de Estado que haya tenido que dirigir los asuntos públicos en un ambiente tan desconocido y al borde del Armagedón.
Uno de los medios de los que se sirve el fascismo para actuar sobre el hombre es la total, o casi total, ceguera. El hombre no cree que vaya al encuentro de su propia aniquilación. Es sorprendente que aquellos que se encontraban al borde de la tumba fueran tan optimistas.
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.
Conocer los sinónimos de la palabra "limbo" puede ser útil por varias razones. En primer lugar, y como ya hemos comentado, conocer los sinónimos de limbo nos ayuda a expandir nuestro vocabulario, lo cual nos permite expresarnos de manera más precisa. Además en nuestro diccionario de sinónimos podrás conocer el uso y los matices de los sinónimos de limbo, con algunas frases como ejemplo.
Nuestra forma de presentar los sinónimos de limbo puede ser especialmente útil para escritores y hablantes de lenguas extranjeras que buscan una palabra exacta para expresar una idea determinada. Además, conocer sinónimos de limbo también puede ayudar a evitar la repetición de palabras, lo que puede hacer que nuestro lenguaje sea más variado y atractivo. Por último, conocer los sinónimos de limbo puede ayudarnos a comprender mejor su significado y su uso en diferentes contextos.