Sinónimos de infelicidad

Un hombre es la suma de sus desdicha. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.

Nadie acepta ya que las cosas pasan a veces sin que haya un culpable, o que existe la mala suerte, o que las personas se tuercen y se echan a perder y se buscan ellas solas la desdicha o la ruina.

¿No es triste considerar que sólo la desgracia hace a los hombres hermanos?

Creo que Jesús estaría disgustado de que ignoremos la desgracia de aquellos a nuestro alrededor que sufren y de que nos centremos en nuestras propias necesidades egoístas a corto plazo. Creo que estaría descorazonado, en realidad.

Sé que voy a sufrir la eterna desventura de vivir esperando vivir pegado a ti, para toda la vida, mi vida

Preferid, entre los amigos, no sólo aquellos que se entristecen con la noticia de cualquier desventura vuestra, sino más aún a los que en vuestra prosperidad no os envidian.

La más completa y feliz victoria es obligar al enemigo a conseguir lo que quiere sin sufrimiento alguno para nosotros.

La alegría es tributaria del sufrimiento. El sufrimiento es parte esencial de la alegría. Cuando tenemos hambre ¡qué bueno nos parece el alimento!

Es una pena haber utilizado aquel paisaje tan metafísico para rodar una mala película sobre el dinero.

Para pedir limosna hay que ir limpio, pero maltrazado. El pobre que va decentemente no causa pena y el que va sucio da asco. Hasta la compasión se ha de inspirar con mesura

Andan el pesar y el placer tan apareados que es simple el triste que se desespera y el alegre que se confía.

Si bien las personas son importantes, no sucede lo mismo con sus relaciones, y que, de manera más concreta, se hacían demasiadas alharacas en relación con el matrimonio; a pesar de siglos de abrazos carnales, el hombre no estaba más cerca que antes de entender a sus semejantes.

A los afligidos no se les ha de añadir aflicción

El amor y la aflicción con facilidad ciegan los ojos del entendimiento.

No hay dolor que el sueño no pueda vencer.

El dolor está en nuestra vida cotidiana, en el sufrimiento escondido, en la renuncia que hacemos y culpamos al amor por la derrota de nuestros sueños

La mala suerte no existe. Es algo que nos creemos, una escapatoria. En realidad llamamos infortunio a la conjunción negativa de hechos que no hemos sido capaces de prever.

A la desgracia hay que enfrentarse con amor: él nos consolará y nos devolverá la alegría. El amor es el mejor remedio. En los pliegues del infortunio se esconde la felicidad, como el diamante en la grieta de la mina. Dejémonos instruir por la sabiduría del amor.

Si la vida te pone fronteras no pienses ke son insuperables ya ke tienes un corazon mas grande de lo ke imaginas.. no te des por vencido ante adversidad o impotencia sigue padelante ke la vida no tiene vuelta

Yo ante la adversidad me crezco y siempre he convivido con la presión de las expectativas. No me da miedo eso

Parece un poco gafe pero como no creo en esto de la mala suerte me quedo con el hecho de que puedo estar aquí contigo contándotelo y nos podemos reír un rato

Mientras quemaban a un fanático que decía que era el Espíritu Santo, comentó el caballero de La Ferté: ¡Qué mala suerte tienen en esa familia! .

Siempre existe una fatalidad en las buenas resoluciones. Siempre son tomadas demasiado pronto.

La belleza es más fatalidad que la muerte.

Sólo el infortunio puede convertir un corazón de roca en un corazón humano.

A la desgracia hay que enfrentarse con amor: él nos consolará y nos devolverá la alegría. El amor es el mejor remedio. En los pliegues del infortunio se esconde la felicidad, como el diamante en la grieta de la mina. Dejémonos instruir por la sabiduría del amor.

Sé que voy a sufrir la eterna desventura de vivir esperando vivir pegado a ti, para toda la vida, mi vida

La desventura de España es la escasez de hombres dotados de talento

Una desgracia va siempre pisando las ropas de otra: tan inmediatas caminan.

La fraternidad de la desgracia es la más rápida.

Tú conjuras silencios, yo conjuro palabras intentando con ellas esquivar el infierno, que no está, como dicen, debajo de nosotros, sino que nos habita. Un estado mental en el que las estrellas se nos antojan pulgas que nos pican el alma. El infierno es un hombre que dialoga con su desdicha cada día.

El tiempo sólo asoma en la desdicha y así la memoria sólo es el registro del dolor.

Para el sabio, la tristeza y la alegría son semejantes, lo mismo que el bien y el mal; para el sabio, todo lo que tuvo principio debe tener también fin. Considera, por tanto, si hay razón para que te alegres con la ventura que llega, o te entristezcas con la desgracia que no esperabas.

Lo más triste es la tristeza de una persona alegre.