Sinónimos de infelicidad

Alma de bandoneón -alma que arrastro en mí- voz de desdicha y de amor, te buscaré al morir, te llamaré en mi adiós, para pedirte perdón, y al apretarte en mis brazos, darte en pedazos mi corazón.

Nadie acepta ya que las cosas pasan a veces sin que haya un culpable, o que existe la mala suerte, o que las personas se tuercen y se echan a perder y se buscan ellas solas la desdicha o la ruina.

No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida.

Es necesaria la desgracia para socavar ciertas minas misteriosas ocultas en la inteligencia humana; es precisa la presión para hacer estallar la pólvora

Sin tener qué decir, pero profundamente destrozado, mi espíritu vacío llora su desventura de ser un soplo negro para las rosas blancas, de ser un agujero por donde se destruye la risa del amor, cuyos dos labios son la mujer y el hombre.

El poder de librarnos del amor surge de dos modos: o por el conocimiento de una cosa mejor o por la experiencia de que la cosa amada, que antes fue tenida por grande y excelente, lleva consigo mucha desventura y desgracia.

Los contra tiempos son inevitables; el sufrimiento es una opción. Siempre hay razones, nunca hay excusas.

¡Ay! Cuán falsa es la religión que hace del agravar el sufrimiento de otros nuestro mediador con ese Dios que quiere que se salven todos los hombres.

Si uno se mantiene fiel amante de lo que realmente vale la pena amar, y no un residuo insignificante del amor y las cosas indignas y sin sentido, obtendrá más felicidad y crecerá más fuerte.

Si permitimos que las cosas nos asusten, no valdrá la pena vivir.

A pesar de estas decepciones, que suelen aparecer a los viajeros de estos países, de mi viaje a Tedmor me ha dado muchas satisfacciones. Además del placer de ver esas ruinas interesantes, he tenido buenas oportunidades de observar a los beduinos con sus propias tiendas de campaña, exhibiendo siempre mucha hospitalidad y amabilidad.

A pesar de que es malo; peor es silenciarlo, pues todas las verdades silenciadas acaban por destilar veneno.

Se les dice a los cristianos, no solamente que no se depriman ante sus sufrimientos sino que se alegren. Más aún, que se alegren no sólo porque la aflicción sea una disciplina que conduce a un bien futuro, sino porque es un privilegio presente, el privilegio de ser hechos semejantes a Cristo (1829, Sermones no publicados, Vol II, 26, p.197).

Nada expresa mejor nuestra aflicción que el no decir nada

Echado de bruces en la arena hoy revivo aquel dolor del primer amor.

Pienso que llegarás un día, y mi alma se ensombrece soñando tu voz... Dulce dolor que me estremece, consuelo de esperarte que sufro por vos...

A la desgracia hay que enfrentarse con amor: él nos consolará y nos devolverá la alegría. El amor es el mejor remedio. En los pliegues del infortunio se esconde la felicidad, como el diamante en la grieta de la mina. Dejémonos instruir por la sabiduría del amor.

El infortunio es un lazo que une a los hombres tanto como la misma naturaleza.

En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad nosotros conocemos a nuestros amigos

La adversidad es nuestra madre; la prosperidad sólo es nuestra madrastra.

Mientras quemaban a un fanático que decía que era el Espíritu Santo, comentó el caballero de La Ferté: ¡Qué mala suerte tienen en esa familia! .

Ha tenido bastante mala suerte con el tiempo, Sr. Piper

...he envejecido (una fatalidad que, a veces, pienso ocurrió a mis espaldas)...

A veces tengo grandes hastíos, grandes vacíos, dudas que se ríen en mi cara, en medio de mis satisfacciones más ingenuas. Pues bien: no cambiaré todo eso por nada, pues me parece, en conciencia, que cumplo con mi deber, que obedezco a una fatalidad superior, que hago el Bien, que estoy en lo Justo.

Es un dichoso infortunio el no tener hijos.

¿Sabes lo que te puede acontecer mañana? Ten confianza, pues, de lo contrario, no dejará el infortunio de justificar tus temores. No te apegues a nada. No interrogues los libros ni a los hombres: él destino es inescrutable.

No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida

El poder de librarnos del amor surge de dos modos: o por el conocimiento de una cosa mejor o por la experiencia de que la cosa amada, que antes fue tenida por grande y excelente, lleva consigo mucha desventura y desgracia.

El rubor es un ornamento para las jóvenes y una desgracia para las viejas.

La pizza es algo insuperable, la descubres, no mejor dicho la descubres en edad avanzada, por desgracia precisamente cuando tiene el colesterol y los triglicéridos demasiado altos... El coleccionista es alguien dispuesto a comerse la obra de arte, esa que quiere poseer a cualquier precio.

El tiempo sólo asoma en la desdicha y así la memoria sólo es el registro del dolor.

La angustia de mis sentimientos no cejaba; no había incidente del cual mi furia y desdicha no pudieran sacar provecho.

La única tristeza sin consuelo en la vida es la tristeza que se ha merecido

¿Quién podría ser tan arrogante como para saber cuáles son los actos que se unen y sostienen mutuamente y cuáles los que caerán en el ridículo y en el olvido fuera de lo que merece llamarse un patrimonio? En vez de insistir en esto, más vale que nos impongamos la única norma importante: mantenernos libres de tristeza y de indiferencia.