Sinónimos de veredicto

¡En qué patéticos esclavos nos convertimos por el poder dominante de la gravedad sobre todas las cosas de la tierra! (...) Nuestro único consuelo es que no podemos solucionarlo. No es fallo nuestro: nos guste o no, tenemos que obedecer a la gravedad, nuestra tirana.

¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?.

Soy de la idea de que por haberme iniciado como periodista, voy a ser periodista hasta que me muera. Y debo decirle que para mí la decisión de dar el paso del periodismo a la literatura fue algo aterrador. ¡Cómo saltar encima de un precipicio y llegar al otro lado!

La soledad del poder consiste en saber que éste es siempre el último teléfono que suena. Y que yo tengo que decidir. No puedo trasladar la decisión a una instancia superior.

Ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino.

La sentencia de muerte no significa nada para mí; pero mi reputación histórica significa mucho. Por eso me alegro tanto de que fuera Doenitz quien firmara la rendición. No hubiera querido que mi nombre estuviera relacionado con eso en el futuro. Un país nunca piensa nada bueno de los líderes que aceptan la derrota. Y sobre la muerte... no he temido a la muerte desde que tenía doce o catorce años.

Es un gran mal el de no saber decir con resolución sí o no.

Creo que se puede hacer a través de la risa una reflexión profunda. Es el poder de síntesis que a mí me apasiona del humor gráfico, el poder de resolución que tiene, de plantear una solución, y además que sea simpática.

No creáis nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; creedlo después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia.

Nuestro mundo es, entre otras cosas, una creación verbal. Más allá del dictamen del primer verso del evangelio de Juan, nuestra experiencia del mundo es una traducción de esa experiencia en palabras que la recrean con mejor o peor suerte.

Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor.

El deseo de parecer listo impide a menudo el llegar a serlo

Algún mal escritor al juicio apela de la posteridad, y se consuela

Para escribir este libro he usado el lenguaje mesurado y sobrio del testigo, no el lamentoso lenguaje de la víctima ni el iracundo lenguaje del vengador: pensé que mi palabra resultaría tanto más creíble cuanto más objetiva y menos apasionada fuese; sólo así el testigo en un juicio cumple su función, que es la de preparar el terrero para el juez. Los jueces sois vosotros.

Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no duda de su propia eternidad.

Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo.

Declaro que la Iglesia no tiene la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que mi dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia

No creáis nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; creedlo después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia.

Al final llego a una conclusión aterradora: o hay dos Españas, o yo he desayunado whisky en vez de fruta.

Mi conclusión fue que no solamente serviríamos cafés, sino que crearíamos un ambiente en el que la intimidad de la relación con el espacio y la experiencia del café pudiera cobrar vida

Quien condena la pintura, condena la naturaleza, puesto que las obras del pintor representan las obras de la naturaleza. El que así blasfema carece, pues, de sentimiento.

El hombre condena cuando no entiende.

Después de ejercer la justicia durante treinta años, ¿no es razonable que, al menos una vez en vuestra vida, seáis vos su víctima?

Denostar a la justicia que no juzga a su antojo es una muestra gratis de totalitarismo infundado y berreta. Bonafini no está sola.