Sinónimos de lealtad

La fidelidad debería ser facultativa.

Cuando se está enamorada, la fidelidad es fácil.

Los enemigos como el odio y el apego carecen de piernas, brazos y demás miembros, y no tienen coraje ni habilidad, ¿cómo, entonces, han conseguido convertirme en su esclavo?.

¿Por qué a los seres humanos contemporáneos les fascina comprar y consumir, y sin embargo sienten muy poco apego por lo que compran?

Del encuentro y adhesión de sus ardientes miradas nace el primer germen del nuevo ser.

Nuestra adhesión a un jefe natural no es una pérdida de libertad, es el reconocimiento de que nuestras ideas tiene un ejecutor y un intérprete.

Cuando el hombre concentra toda su energía en el cumplimiento del deber, se acerca a Dios.

La Inmaculada Concepción de María Santísima: al deseo ardiente de no poner obstáculo entre Dios y mi alma, nada que sea pecado, ni mortal ni venial, ha de tener esta actitud; no por temor, sino por amor a nuestro Padre Dios cuya ley ha escrito Él en nuestras almas y a cuyo cumplimiento nos está cada día invitando con suavidad infinita.

Tengo un compromiso histórico con Víctor Raúl Haya de la Torre. Ya no les fallaré.

No somos perfectos, pero somos capaces de concebir lo que es la perfección. La acción es preferible a la inacción y el compromiso con la vida es preferible a la indiferencia apática

La victoria en la guerra no depende completamente del número o del simple valor; sólo la destreza y la disciplina la asegurarán. Hallaremos que los romanos debieron la conquista del mundo a ninguna otra causa que el continuo entrenamiento militar, la exacta observancia de la disciplina en sus campamentos y el perseverante cultivo de las otras artes de la guerra.

Habrá que demostrar que la virtud no es el sentimiento habitual del hombre, que sólo es el sacrificio forzado, que la obligación de vivir en sociedad le obliga a tener en cuenta consideraciones cuya observancia podrá hacer refluir sobre él una dosis de felicidad que contrabalanceará las privaciones.

Compañerismo no siempre es amistad. Pero amistad siempre es compañerismo.

Pasión más viva que la amistad es el odio.

Un orador resta mucha dignidad a su carácter cuando le da cierto sesgo a la información para que lo obsequien con aplausos y halagos.

No existía más que la dignidad ultrajada, la libertad perdida, la dilapidación entronizada, la esclavitud constituida.

La contemplación de la grandiosidad de la naturaleza siempre confirió nobleza a mis pensamientos, haciendo que olvidara las preocupaciones cotidianas.

Bien vale la pena sufrir contratiempos y penalidades - en mi caso, desconocimiento de derecho legítimo y privación del goce de la Patria- si al cabo de ello, un buen día nos sale un rasgo de nobleza humana que nos restituya la fe que hayamos perdido.

El amor florece mejor cuando tiene franqueza y libertad.

La franqueza en las mujeres, es casi siempre una inconsecuencia.

La mejor medida de la honestidad de un hombre que no es su declaración de impuestos. Es no modificar su balanza de baño.

Las honestas palabras dan indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.

En todos mis actos públicos y privados como su presidente, espero seguir mis instintos de apertura y sinceridad con plena confianza en que la honestidad, al final, resulta ser siempre la mejor política

Pero una persona no habla con plena sinceridad consigo mismo (ni siquiera consigo mismo); la felicidad o el sufrimiento que secretamente siente proceden de causas que no puede explicar del todo, pues tan pronto como las eleva al plano de lo explicable pierden su cualidad original.

Un cuadro vive por compañerismo y se expande y aviva a los ojos del observador sensible.

Detrás de tu sombra encontrarás el secreto de saber sentir, el amor y fe que me das tu simboliza el paraiso en mi.

No os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe

Y la ley fue traída al mundo nada más que para limitar la libertad particular de los hombres, de tal modo que no se hagan daño unos a otros, sino que se asistan mutuamente y se unan contra un enemigo común.

No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes. No se pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley les señala