Sinónimos de amaestrar

En el corazón llevo al Málaga y al Barcelona. Me gustaría entrenar algún día a estos dos equipos. ¡Si lo consigo sería la rehostia...! Y perdón por la palabra

La diferencia con Pellegrini es que si a mí el Madrid me echa, no me voy a entrenar al Málaga

Todos los profesionales deben enseñar en algún momento de su carrera, ya que están obligados a transmitir lo que han aprendido.

... el único objetivo de la Escritura era enseñar la obediencia.

El éxito más hermoso no es aquel que llega como un gato casero domado, sino aquel que hay que aprender a domar y forzar como un caballo salvaje.

Volaré, tengo que domar el fuego para cabalgar seguro en la bestia de futuro que me lleve a donde quiero

Educar es adiestrar al hombre para hacer un buen uso de su vida, para vivir bien; lo cual quiere decir que es adiestrarse para su propia felicidad.

La falta de ostentación es fundamental en todo hombre que quiera ejercitar una acción docente de cualquier finalidad... para ser útil hay que ser austero, desinteresado y modesto...

La juventud debe ejercitar los derechos que ha de realizar y enseñar después.

Como siempre vuelvo a ensayar y los pibes siempre están ahí... Hay un boomerang en la city, mi amor, todo vuelve, como vos decís.

El único error de Dios fue no haber dotado al hombre de dos vidas: una para ensayar y otra para actuar.

Una vez que se mata a una vaca, lo que tienes que hacer es preparar una hamburguesa

Suelen hacer falta tres semanas para preparar un discurso improvisado.

Nos comprometemos a instruir gratuitamente a todos los niños pobres que nos presente el señor párroco.

Señores, es un torpeza pretender que en nosotros se corrija un vicio que ha crecido con la edad. Lo seguro es instruir a nuestra juventud en el modo de andar derechos, para que enmendando ellos este despilfarro enseñen después a sus hijos y se logre desterrar para siempre de nuestra posteridad este maldito modo de andar

Si nuestros padres han concurrido con sus esfuerzos a la conquista del derecho y de la libertad en una gran parte del continente Sud Americano, nosotros tenemos el deber de enseñar y difundir ese derecho.

El maestro que intenta enseñar sin inspirar en el alumno el deseo de aprender está tratando de forjar un hierro frío.

Si pudiera entrenarse para usar solamente el tronco cerebral estaría curada. Estaría en algún lugar más allá de la felicidad y la tristeza. No se ven peces agonizando por cambios salvajes de estado de ánimo. Las esponjas nunca tienen un mal día.

Quienes tratan de lograr el descanso de la contemplación tienen que entrenarse antes en el estadio de la vida activa; de este modo, liberados de los residuos del pecado, serán capaces de presentar ese corazón puro que permite ver a Dios.

Aunque la literatura produzca desechos, cuando menos intenta educar a su hombre. El asunto está en escucharse. Todos, o casi todos los oficios son oficios de desechos. La literatura es uno de los raros ejercicios que exigen del hombre una voluntad singular, una conducta de existencia que retrasa el progreso de una mediocridad que nos es natural.

El mejor servicio que pueden prestar al cielo y al bienestar y felicidad de los pueblos, es preocuparse día y noche en educar niños para Dios, para sus padres y para la sociedad...

Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar

Debemos dedicarnos a lo que escribieron los griegos hace tantos años: a domesticar el salvajismo del hombre y hacer amable la vida de este mundo.