Sinónimos de abultar

No hay que exagerar nada, ni la modestia

Más difícil que ser agradecido es no exagerar la pretensión a la gratitud.

El deber del gobernante no consiste en agrandar su país, sino en hacerlo más fuerte.

Las pequeñas doctrinas humanas, que sólo tienden a enorgullecer y a magnificar a unos pocos, no deberían ser sustituidas por el credo redentor mundial de Cristo.

Las reglas elementales de la cortesía son muy simples: alabar lo bueno de los otros, suprimir los reproches, dar importancia a los demás, y prestarles atención.

Es un error de la maldad humana alabar siempre el pasado y desdeñar el presente

Se debe ponderar y deliberar antes de hacer un movimiento. Conquistará quien haya aprendido el arte de la desviación. Tal es el arte de las maniobras.

Mackenna no entendía palabra de artillería; aseguro sin ponderar que un sargento sabía más que él, porque podría distinguir la cureña del cañon. No quiero pasar en silencio las disposiciones de Mackenna, conozcamos de todos modos su pobre cabeza y no creamos en lo futuro que son grandes hombres todos los que hablan inglés.

elogiar a todos por igual es no elogiar a ninguno

Ellos querían gozar de lo prohibido. Querían elogiar la vida y no querían el dolor que es necesario para vivir, para sentir y para amar. Ellos querían sentir la inmortalidad aterradora.

Si la música es una arquitectura congelada, entonces el potpourri es un chisme de cafetería congelado... El potpourrí es el arte de añadir manzanas a peras...

No tengo sensación de añadir algo al mundo. ¿De dónde iría yo a tomar lo que añado, sino del mundo?

Goethe le concede a Shakespeare que suya es la idea original de que la función del teatro es expandir las capacidades cognitivas e imaginativas del público, pero sólo obstaculizándolas. Por eso, según Goethe, Shakespeare no se acaba nunca.

Al expandir el comercio, expandimos la esperanza y la oportunidad a todos los rincones del mundo y asestamos un golpe a los terroristas que se alimentan de la ira y el resentimiento

Disfruté de Pelé, de Maradona, y disfruto de Messi. Participar de comparaciones me parece que no tiene como objetivo engrandecer al elegido, sino empequeñecer al descartado. Los tres son admirables.

Los narradores de historias de las ciudades falsean de tal manera la vida, que la hacen aparecer dulce a los ojos de los perezosos, de los estúpidos y de los débiles, y eso sólo contribuye a reforzar sus flaquezas, sin enseñarles nada, ni hacerles el menor bien, ni engrandecer su corazón.